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Sinopsis
La Ciénaga (2001) es una película que está prácticamente desprovista de acción y de trama narrativa. La película comienza con Mecha, una mujer burguesa argentina, que, mientras toma el sol con sus amigas en su casa en Salta, se cae borracha y se corta el pecho. Tras el incidente, Mecha queda postrada en la cama y, a partir de entonces, no hay grandes eventos. Vemos cómo la familia se va desordenando poco a poco en su decadente finca durante una época de corrupción e inestabilidad en el país.
Argentina Después de la Guerra Sucia
El primer presidente civil de Argentina tras la caída de la dictadura militar, Raúl Alfonsín, asumió el poder en 1983. De inmediato, puso en marcha el Plan Austral, un programa de austeridad que pretendía reformar la economía, implantar una nueva moneda, pagar la deuda externa y reducir la inflación. Al principio, estas medidas funcionaron, pero pronto las tasas de inflación aumentaron mucho. Como si la caída económica no fuera lo suficientemente grande, Alfonsin tuvo que complacer a los militares, molestos porque no recibían suficientes fondos y porque muchos de sus miembros estaban siendo juzgados por violaciones de los derechos humanos. En respuesta, Alfonsin se vio obligado a darles un mayor papel en la elaboración de políticas.

Ya en 1989, Carlos Menem, miembro del Partido Justicialista, fue elegido presidente con sólo el 47% del voto popular. Durante su campaña, Menem hizo vagas promesas y apeló a la clase trabajadora de Argentina recordando a Perón. Asumió el cargo 5 meses antes de lo previsto para poder solucionar el desastre económico que se avecinaba. Menem adoptó rápidamente tácticas neoliberales para aliviar el problema. Reclamó el libre mercado, redujo los aranceles y privatizó muchas industrias estatales. De nuevo, se enfrentó al mismo problema que Alfonsín. Los militares pidieron más apoyo, así que Menem indultó a muchos militares por sus abusos de los derechos humanos. En 1993, su partido lanzó una campaña para una enmienda constitucional que le permitiera presentarse a un segundo mandato, que fue aprobada, y Menem fue reelegido en 1995.
Cerca del final de su segundo mandato, su popularidad se derrumbó. Había un alto desempleo, riesgo de recesión y acusaciones de corrupción. Más tarde, Menem sería acusado de tráfico ilegal de armas, malversación de fondos públicos y extorsión. En 1999, Argentina eligió a Fernando de la Rúa, el líder de una alianza de partidos encabezados por los radicales, como presidente. También se enfrentó a cargos de corrupción después de haber sobornado a senadores para obtener la mayoría. Para colmo de males, la economía se vino abajo, provocando malestar en todo el país y, en diciembre de 2001, De la Rúa decretó el estado de emergencia. Renunció el 20 de diciembre. Fue ese año cuando se estrenó La Ciénaga en los cines y todo el mundo pudo expresar su descontento con la élite que se quedó quieta mientras el país se hundía.
Una Nueva Perspectiva en el Cine Latinoamericano
La directora de La Ciénaga, Lucrecia Martel, forma parte de una ola de directoras latinoamericanas como Lucía Puenzo y Katia Lund. Anteriormente, las principales directoras argentinas centraban sus películas en la dictadura, pero esta nueva generación quería alejarse de ello. La mirada de Martel pretendía desmontar las formas tradicionales del cine argentino y del cine en general. Martel no cuenta una epopeya política, sino una película sin mayor acción y con una mirada diferente. Las imágenes que habitualmente se plasman con un aire de erotismo se despojan totalmente con Martel. Las escenas de los invitados de la casa burguesa tomando el sol en la piscina no parecen para nada sexy, parecen húmedas sobre todo… y muy pegajosas.

Martel también se aleja del realismo mágico, un estilo popularizado por Gabriel García Márquez y común en obras de todo el continente. Martel ha dicho: “Me crié con historias en las que lo fantástico cohabitaba con la vida cotidiana. Para mí esto no tiene nada que ver con el ‘realismo mágico’ del que se habla a menudo en la literatura y la cultura latinoamericana. No estoy de acuerdo con esa idea de que existe una especie de capa de magia sobre la realidad”. Los momentos que se prestan al realismo mágico son bastante naturales con Martel. A lo largo de la película se invoca a la Virgen María y a la mítica “rata africana”, pero nunca aparecen. Los acontecimientos de la película son bastante rutinarios, pero siempre duros.
La Burguesía Decadente

Los burgueses de la película están demasiado ocupados bailando, tomando y reposando para darse cuenta de que se están desmoronando. La propia finca es un ejemplo perfecto de ello. En resumen, es un desastre. Está claro que en una época esta finca era prestigiosa y hermosa, pero ahora está recubierta de fauna y flora que desbordan. ¿De quién puede ser la culpa de que esta casa se haya desmoronado? Según Mecha, la culpa la tienen todos menos ella. Cuando sus hijos se quejan del estado de la piscina, ella dice que eso es sólo porque el filtro y la bomba han dejado de funcionar inexplicablemente. Mecha es incapaz de ver sus propios defectos aunque sean evidentes para los demás. Después de sufrir arañazos en todo el pecho por su caída, queda postrada en la cama. Todos recuerdan cómo la propia madre de Mecha permaneció en su cama durante los últimos 20 años de su vida, pero saber esto no hace que Mecha quiera recuperarse rápidamente. Está resignada a su destino. Nada cambiará. Los últimos presidentes han tratado los mismos temas y han aumentado las mismas tensiones. Para alguien que ya lo tiene todo, ¿por qué intentar cambiarlo?
La Virgen María

¿Qué se puede hacer si la inflación y la corrupción van a continuar siendo un problema constante? Martel cree que la religión tiene un efecto hipnótico en estas personas. A lo largo de la película, aparecen noticieros siguen a una mujer que afirma haber visto a la Virgen María en la torre de agua cercana a su casa. A pesar de la atención de los medios, nadie es capaz de verla. Para los argentinos de clase trabajadora, hay muchas cosas que no se pueden cambiar ni mejorar.Así, mientras las clases altas se mantienen dóciles tomando y reposando, las clases bajas permanecen bajo el hechizo de un poder superior. Hay un anhelo desesperado en estas personas por estabilidad y crecimiento que los dirigentes del país no han sido capaces de proporcionar.
Aunque La Ciénaga comienza lentamente, revela los problemas que se están cocinando a fuego lento de una manera muy artística y brutal. Para aquellos que disfruten de esta película, les recomiendo encarecidamente la película brasileña O Som ao Redor.
2 responses to “La Ciénaga: Qué Basurero”
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