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Esta semana me centraré finalmente en el país de mi familia, Uruguay, con mi tema centrado en el Golpe de Estado de 1973 y sus efectos en el país actual. Uruguay es un país muy interesante, así que espero que todos se tomen más tiempo para conocer nuestra cultura.
Sinopsis
La Noche de Doce Años (2017) cuenta la historia de tres guerrilleros tupamaros, José Mujica, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro, tomados como rehenes por los militares durante la dictadura. Aunque son víctimas de un horror inimaginable, la fuerza del espíritu humano les hace salir adelante.
El Nacimiento de los Tupamaros y la Dictadura

El año 1967 comenzó con la indecisión del gobierno de Gestido en elegir la estrategia económica. Esta frustración fue frenada por su muerte en diciembre de ese año. Los cuatro años siguientes, bajo la presidencia de Pacheco, fueron un periodo de intenso conflicto social y una hostilidad sin precedentes. A partir de 1961 se produjo un período de estancamiento económico de larga duración. La tasa de inflación que había bajado al 10% en 1961, aumentó al 90% en 1967. Las quiebras bancarias de 1965 y posteriormente de 1971 llevaron al Estado a perder el mando. El instrumento institucional que permitió a Pacheco gobernar de forma tan implacable fue la imposición casi continua de medidas de seguridad de emergencia a partir de junio de 1968.
Cerró dos periódicos y suprimió algunos grupos políticos de izquierda (aparte del Partido Comunista) a los pocos días de tomar posesión del cargo, y desde mediados de 1968 Pacheco empleó medidas de emergencia para detener a dirigentes sindicales, prohibir las asambleas y censurar a la prensa. En 1970 y 1971 el Congreso votó a favor de levantar las medidas, pero la reacción inmediata de Pacheco fue a reimponerlas. Los Tupamaros y el Frente Amplio no tardaron en lanzar desafíos radicales. Los Tupamaros se originan en los intentos de su reconocido líder Raúl Sendic de organizar a los trabajadores de la caña de azúcar en el noroeste de Uruguay a principios de la década de 1960. Desilusionado por los escasos resultados obtenidos y por la ineficacia del proceso electoral como vehículo para la política radical, Sendic inició en 1963 un movimiento que a finales de la década era probablemente la fuerza guerrillera mejor organizada y con más éxito de América Latina y que transformó el carácter de la lucha guerrillera al demostrar las potencialidades de la operación urbana.

Los Tupamaros siguieron consiguiendo armas y dinero en efectivo para fortalecer el movimiento; pero se consiguió más publicidad (aunque se prohibió que la prensa informara sobre los Tupamaros) con la revelación de los escándalos financieros por la incautación temporal de emisoras de radio y por el secuestro de figuras públicas asociadas a Pacheco. En 1970, una comisión del Senado que investigaba las denuncias determinó que el uso de la tortura era “normal, frecuente y habitual” y la campaña de los Tupamaros entró en una nueva etapa con operaciones contra los responsables del uso de la tortura, incluyendo la ejecución de un agente estadounidense, Dan Mitrione. El Frente Amplio en 1971 representó la máxima organización y despliegue de grupos políticos de izquierda lograda en todas las elecciones. Las cosas llegaron a un punto crítico en las elecciones de 1971, cuando el Frente Amplio obtuvo el 18% de los votos. Las acusaciones de manipulación de papeletas fueron numerosas, pero la víctima no fue tanto el Frente Amplio como uno de los candidatos del partido Blanco, Wilson Ferreira Aldunate. Ferreira era el candidato presidencial con mayor número de votos, pero de acuerdo con la ley electoral la victoria era para el candidato del lema con más votos, Juan María Bordaberry, el candidato colorado, ganó la presidencia. El golpe llegó en 1973 por etapas. En febrero se le negó al presidente el poder de hacer nombramientos ministeriales que no tuvieran la aprobación militar; se creó un Consejo de Seguridad Nacional (COSENA) controlado por los militares para aconsejar al presidente. Ya en junio, se disolvió la legislatura. Se afirmó que Uruguay tenía la mayor proporción de presos políticos en relación con la población total de cualquier país del mundo.
Además, los que se sospechaban de tener simpatías izquierdistas perdieron sus puestos de trabajo en el sector público, la burocracia estatal y el sistema educativo. En septiembre de 1976, un decreto militar privó a todas las figuras políticas que participaron como candidatos o en las estructuras de los partidos en las elecciones de 1966 y 1971 de sus derechos políticos, incluyendo, en el caso de los partidos de izquierda, el derecho de votar, durante un periodo de quince años. Entre 1974 y 1978, el objetivo político fue reestructurar la economía y buscar la estabilización económica a través de la eliminación de los desequilibrios internos y externos. La estabilización resultó esquiva, ya que la tasa de inflación sólo descendió al 46% en 1978, pero en otros aspectos la estrategia tuvo un éxito considerable.

La abolición de la libre negociación salarial colectiva redujo los costos laborales y dio lugar a un descenso del 50% de los salarios reales durante el periodo del régimen. La inversión aumentó en gran medida como resultado de un programa ampliado del sector público de gasto en infraestructuras. El aumento de la liberalización de la economía hizo que el PIB cayera un 2% y que la inflación alcanzara el 66% en 1984. En 1983 se permitió a los trabajadores y a los sindicatos manifestarse el 1 de mayo. En 1984, hubo huelgas contra el régimen y en apoyo de los presos políticos. El 13 de enero de 1984 se organizó la primera huelga general de 24 horas desde 1973. También se organizaron finalmente elecciones y la presidencia del centrista colorado Julio María Sanguinetti marcó una nueva era, aunque no radical, para el país.
Memoria y Fantasía
La memoria es una parte muy importante de la película. Se hizo en un momento en el que las conversaciones sobre el recuerdo de los desaparecidos de la época eran muy relevantes. Para muchos de los que vieron la película, los momentos les llevaron a su propia memoria de esa historia bastante reciente. El concepto de memoria, realidad y fantasía es uno de los más investigados. La primera confrontación con la memoria en la película es extremadamente traumática. Cuando a Rosencof se le permite visitar a su familia, descubre que durante su estancia en prisión, su padre ha desarrollado Alzheimer y ya no le reconoce. El olvido es un acto intrínsecamente traumatizante y muestra con qué facilidad el mundo exterior puede olvidar los horrores que ocurren dentro de la prisión. A partir de entonces, los recuerdos de los presos se impregnan de fantasía. Fernández Huidobro sueña con su pasado con su mujer y en la misma secuencia se encuentra con su hija a la que no conoce.

Mientras que ésta es una fantasía serena, Mujica sufre de delirios paranoicos que se introducen en sus recuerdos, haciéndole creer que incluso camaradas suyos del pasado habían estado al tanto de su caída. La necesidad de estos hombres de fantasear es totalmente comprensible, pero les hace caer en una mentalidad pasiva. Al fantasear, dejan de luchar. Esto termina abruptamente cuando Fernández Huidobro es interrogado por un militar que le dice que su creencia en la lucha es tonta y que debería haberlo matado cuando tuvo la oportunidad. Inmediatamente se nos traslada en el tiempo a un enfrentamiento entre Fernández Huidobro, sus compañeros y este oficial. Nada de esto es fantástico. Todo es muy real y violento. Esto ocurrió después de que Fernández Huidobro y sus compañeros de prisión no hablaran cuando la Cruz Roja vino a investigar su trato. Su pasividad acababa de costarles la libertad. El tiempo de la fantasía había terminado. Para seguir en la lucha, era importante mantener una memoria clara y objetiva.
Patriotismo y Solidaridad

La primera escena es una visión bastante inquietante del nuevo Uruguay dictatorial. La cámara se sitúa en el centro de un panóptico carcelario mientras gira para mostrar una serie de peleas en la cárcel, palizas de los oficiales y el orden militar tan admirado en esta época. Mientras esto sucede, suena una canción patriótica. ¿Es esto lo que se supone que es el patriotismo? Este tipo de patriotismo está profundamente ligado al militarismo violento y perturbador de la dictadura. Este patriotismo también está vinculado a la individualidad del régimen. Se suprime la solidaridad. El panóptico contiene un ojo singular que todo lo ve para observar cómo estos hombres con los ojos vendados son separados y torturados. Sólo cuando se introduce la solidaridad se vislumbra un sano patriotismo. Cuando, por fin, se permite a los prisioneros verse unos a otros, también vemos esperanza y orgullo. En una escena, Fernández Huidobro tiene un recreo al aire libre a solas, pero todos los presos de su celda lo ven y empiezan a animarle mientras driblea y da toques a una pelota imaginaria y marca un gol. Anteriormente, el gobierno había organizado un “mundialito” que ganó Uruguay para crear más apoyo al régimen. Puede que este triunfo futbolístico no se escriba en los anales de la historia del fútbol, pero es un momento importante para estos hombres. Es el único partido por el que se pueden animar realmente mientras los militares miran con disgusto. Poco después, cuando son liberados, los espectadores les saludan con banderas uruguayas y tupamaras. Es un patriotismo impulsado por la inclusión y la solidaridad. El panóptico ha desaparecido y las masas han llegado.
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