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Esta semana me centraré en Ecuador y, en concreto, en su director más reconocido, Sebastián Cordero. Encontrar libros sobre Ecuador escritos en este siglo fue bastante difícil, así que perdonen si mi perspectiva no es tan amplia como otras semanas.
Sinopsis
Ratas, Ratones, y Rateros (1999) cuenta la historia de un joven quiteño, Salvador, que tiene que aguantar la llegada de su primo, Ángel, un ex convicto de Guayaquil. Cuando se dan cuenta de que un asesino le persigue, intentan huir, pero Salvador pronto se da cuenta de que tiene que distanciarse de su primo..
La Guerra entre la Sierra y la Costa

La historia de Ecuador puede ser considerada como una historia del conflicto entre la región de la Sierra, representada por Quito, y la región de la Costa, representada por Guayaquil. Guayaquil se fundó como vínculo comercial con España y siempre estuvo ligada al mercado internacional. En el momento de la independencia, la región de la Costa contaba con menos del 20% de la población nacional. Sin embargo, representaba la fuerza más dinámica de la economía ecuatoriana. Pero Quito siempre fue el centro administrativo del país. Nació una rivalidad intensa entre las ciudades que dominó la política del siglo XIX. El primer presidente de la nueva república de Ecuador, Juan José Flores, fue una figura importante de la élite quiteña.
Era conservador, religioso y mataba a todos los disidentes. En 1834, su mayor oponente fue José Vicente Rocafuerte y Rodríguez de Bejarano, miembro de la aristocracia de Guayaquil. Orquestó un golpe de estado y cuando su mandato llegó a su fin en 1839, regresó a Guayaquil donde fue gobernador provincial durante muchos años, pero los costeños aún tenían que aguantar a Juan José Flores que había vuelto a la presidencia. Hubo una insurrección en Guayaquil y se formó un grupo anti-Flores, los marcistas. El general José María Urbina se convertiría en la figura principal de este movimiento.

Durante las décadas de 1850 y 60, Urbina y su archienemigo, García Moreno, definirían la dicotomía entre liberales de Guayaquil y conservadores de Quito. Como presidente, Urbina liberó a los esclavos, favoreció a la clase empresaria guayaquileña en vez de los terratenientes quiteños y disminuyó el poder clerical. García Moreno, por su parte, fue el padre del conservadurismo ecuatoriano y, aunque había nacido y crecido en Guayaquil, se había casado con la aristocracia quiteña. Aumentó el poder de Quito y subrayó la importancia de la Iglesia católica. Los liberales volvieron al poder a principios del siglo XX, pero el país se convirtió rápidamente en una plutocracia dirigida por los banqueros de Guayaquil. Estas administraciones alternantes pero igualmente corruptas alimentaron la animosidad entre las regiones. A medida que avanzaba el siglo, la religión desempeñaba un papel menos importante en las divisiones entre las regiones, pero las economías seguían siendo bastante diferentes: Quito se nutría de la industria petrolera y Guayaquil de la industria bananera. Hoy en día, la rivalidad entre las regiones sigue viva.
Clase y Regionalismo en Ratas, Ratones, y Rateros
Cuando Sebastián Cordero hizo su debut en 1999, estaba trabajando en un desierto cinematográfico. Ecuador aún no había creado una industria cinematográfica próspera, así que la película de Cordero fue vista como una declaración sobre la nacionalidad ecuatoriana. La película hace un buen trabajo al diseccionar el regionalismo que existe en el país. Para Cordero, estas diferencias parecen ser puramente superficiales. Cordero no vilipendia a la gente de la región de la Sierra ni de la Costa. Él ve la fluidez del bien y del mal entre las diferentes clases y regiones del Ecuador. Estas diferencias son estéticas y superficiales en la película. Ángel, el símbolo de Guayaquil, lleva una camiseta amarilla brillante del Barcelona SC (el equipo de fútbol más exitoso de Ecuador basado en Guayaquil) y se decolora el pelo para ser rubio platino. En la industrial y gris ciudad de Quito, se distingue por su exótico encanto costero. Pero cuando se trata de cuestiones del bien y del mal, Salvador y Ángel intercambian sus papeles libremente.

Al principio, Salvador es muy inocente, pero rápidamente demuestra su capacidad criminal cuando mata al asesino que persigue a Ángel. Ángel se convierte entonces en el primo bueno cuando promete limpiar el cadáver. Este periodo de buen favor termina cuando revela a Salvador que no fue capaz de deshacerse del cuerpo. Como en un balancín, los papeles de héroes y villanos cambian sin esfuerzo de un momento a otro. Lo mismo ocurre con las diferencias de clase en el país. La prima de Salvador, Carolina, y sus amigos están lo más lejos posible del mundo de Ángel. Eso no impide que las amigas de Carolina se involucren en el submundo criminal de Ángel cuando él las seduce con el encanto de un arma nueva y brillante y más dinero. Puede que los ricos actúen como si estuvieran por encima de la actividad delictiva de las clases bajas de Ecuador, pero pueden recurrir fácilmente al crimen. Cordero establece que las divisiones en Ecuador no son tan profundas. La gente de Ecuador puede pasar de héroe a villano en un abrir y cerrar de ojos. Aunque el regionalismo y el clasismo son grandes problemas en el país, estas diferencias son simplemente superficiales.
Las Mujeres de Ecuador

Mientras que casi todos los personajes de la película cambian de papel libremente de un momento a otro, las mujeres tienen papeles muy rígidos e inamovibles. Mayra, el interés romántico de Salvador, es víctima de su complejo de Madonna-Prostituta. Cuando ella le revela que ya había tenido una relación romántica con su primo, Ángel, él es incapaz de superarlo. No importa que el dia antes haya tenido relaciones sexuales con una prostituta. De hecho, la única vez que se muestra a las mujeres teniendo sexo en la película es en un burdel. Las otras mujeres respetables, como Carolina y Mayra, parece que no pueden dedicarse a una práctica tan sucia. Mientras que Salvador tiene problemas con las mujeres en su vida romántica, Ángel parece que infantiliza a todas las mujeres. A lo largo de la película, adora a su abuela muda, pero nunca la trata con el respeto que cualquier anciano merece. La trata como si fuera una niña. Nunca la trata como alguien que ha vivido una vida plena y que tiene la sabiduría correspondiente. Ángel la mantiene en un pedestal pero la obliga a adoptar el papel de una mujer infantil. Creo que la rigidez de los roles de estas mujeres funcionan como un comentario sobre la situación de las mujeres en Ecuador. A las mujeres de esta película nunca se les permite fluir de un papel a otro. Incluso los habitantes de los barrios marginales pueden divertirse con los ricos en esta película. A las mujeres no se les permite esa misma movilidad.
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