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Sinopsis
Contada a través de una serie de flashbacks y flashforwards, La Nación Clandestina (1989) de Jorge Sanjinés cuenta la historia de un hombre aymara, Sebastián, quien regresa a su pueblo para realizar su último baile de la muerte. Su tumultuosa vida se revela durante su viaje a casa. Después de ser alcohólico, militar y un líder corrupto de los indígenas, regresa a su casa y muere, finalmente descolonizado.
Un Golpe Dentro Otro Golpe: La Política Boliviana de 1971 a 1989
La Nación Clandestina es un producto de su tiempo. Cuando esta película se estrenó en 1989, había una mezcla muy interesante de esperanzas positivas y negativas para el país. En los 20 años anteriores, el país sufrió un golpe de estado tras otro. El presidente Torres fue derrocado por el general Banzer en lo que sería el golpe más sangriento después de 1952. Era muy antidemocrático y decidió alinearse más con la política brasileña de la época. Tras otro intento fallido de crear un partido político nacional, se auto golpeó (no sabía que se podía hacer eso), estableció un gobierno militar y sin partido. También exilió al ex presidente Paz Estenssoro. En 1978, fue expulsado y una serie de presidentes interinos le sustituyeron. En la década de 1980, Bolivia entraba en una nueva y terrible depresión económica, pero los mismos nombres seguían apareciendo en las elecciones, como Paz Estenssoro, Siles Zuazo y Banzer.

Líderes tiranos como Guevara Arce y Meza (que contó con la ayuda del notorio nazi Klaus Barbie) mataron a muchos durante su reinado. En 1985, Paz Estenssoro volvió a gobernar, pero esta vez se interesó más en el liberalismo económico y menos en el nacionalismo económico. También dependía mucho más de la ayuda de los Estados Unidos para pagar las deudas externas. Pero las elecciones de 1989 parecieron diferentes para los bolivianos. Había muchos más políticos jóvenes y el cambio era inminente. El ganador de esas elecciones, Jaime Paz Zamora, fortalecería las instituciones democráticas y encarcelaría brevemente al general Meza. Además, el Movimiento Tupac Katari, nombrado en honor al famoso revolucionario indígena, era un partido pro-sindical y pro-indígena que estaba ganando terreno y crearía las bases para alguien como Evo Morales.
El Discurso Indígena en el Cine
Dado que la política en Bolivia comenzó a enfocar su atención hacía la población indígena, también lo hizo Sanjinés. Sus películas se caracterizan por su ideología marxista, pero esta película sustituye esas filosofías occidentales por un examen más profundo de las filosofías andinas. Estas filosofías informan la estructura de su película. La película se basa en la idea de “naupaj mapuni” que se traduce en “mirar hacía el pasado y el futuro al mismo tiempo”. Conocemos a Sebastián cuando ya ha iniciado su viaje de vuelta a casa, y la película vuelve constantemente a su pasado y al progreso de su viaje. El pasado converge con el futuro para darnos una mejor comprensión del presente y crea una estructura cinematográfica mucho más radical.

Desde el punto de vista moral, la película también está imbuida de los valores andinos fundamentales como la reciprocidad y la solidaridad. Sanjinés describió más tarde: “En la cultura andina, la preeminencia de los intereses de grupo -la tradición colectivista, las costumbres solidarias, la visión del todo, la integración y la participación- constituyen, en sus significados ideológicos y en sus prácticas cotidianas… Nos pareció fundamental proponer una técnica narrativa adecuada a la visión andina… Poco a poco, nos quedó claro que la cámara debía moverse sin interrupción y motivada por la dinámica interna de la escena. Sólo así podríamos lograr su imperceptibilidad y la integración del espacio”.
Críticas a la Élite Criolla

Aunque la película se centra en las historias de los indígenas, Sanjinés se toma su tiempo para criticar a los supuestos izquierdistas que se aprovechan de los movimientos indígenas por su propio beneficio. En su viaje a casa, Sebastián se encuentra con un joven universitario blanco y disidente. El hombre le pide a Sebastián su poncho y su sombrero, pero él no se lo da. Continúa pidiéndole a Sebastián y a otros indígenas su ropa, pero no se la dan. Aclara que está con ellos y que lucha por sus derechos, pero cuando siguen rechazandolo, se va furioso y los llama “indios de mierda”. Está claro que Sanjinés desconfía de los activistas que no entienden la cultura ni la historia del pueblo aymara pero actúan como su salvador. Esto ha sucedido durante toda la historia de Bolivia y el hecho de que un partido indígena esté ganando fuerza no significa que este pasado terrible se pueda olvidar fácilmente.
¿Es una Muerte o un Renacimiento?

La perspectiva de la película puede ser discutida infinitamente. ¿Es una historia de la muerte de Sebastián y de la muerte de la cultura indígena o es un renacimiento a través de la muerte en sacrificio de Sebastián? Para el primer argumento, la descolonización de Sebastián sólo puede llegar con su muerte. La alienación que sufrió mientras trabajaba en la ciudad hizo que no pudiera volver a la comunidad como miembro activo. Su muerte fue incluso prevista por su primer trabajo en la ciudad como fabricante de ataúdes. Vivió para morir. Por otro lado, Sebastián hace su baile de la muerte para toda la comunidad, algunos de los cuales nunca han visto esa ceremonia. Pudieron vivir una parte casi olvidada de su cultura y, en cierto modo, recuperarla. ¿Era sólo un momento breve? Este baile, así como el creciente movimiento nacionalista indígena, ¿es sólo un estertor para el pueblo aymara? Por suerte, la historia ha demostrado que no fue así, pero tendrían que esperar unos años más para tener un líder indígena que colocara las cuestiones indígenas en primer plano.
2 responses to “Sobreviviendo La Nación Clandestina”
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