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Sinopsis

Madeinusa (2005) sigue al personaje titular, una joven indígena residente en un aislado pueblo andino. Durante las peculiares celebraciones de Semana Santa, un extraño hombre blanco peruano viaja al pueblo y observa extraños incidentes que terminan provocando la huida de Madeinusa.

Considerando que Madeinusa sigue siendo una de las pocas películas peruanas alabadas por la crítica en el extranjero, es difícil imaginar que no haya sido unánimemente elogiada por el público peruano, pero eso es precisamente lo que ocurrió. Aunque se rodó con el consentimiento y la participación de los nativos de un auténtico pueblo andino, la directora de la película, Claudia Llosa, sobrina del famoso escritor Mario Vargas Llosa, fue criticada por su perjudicial e inexacto retrato de los nativos como atrasados. Su segunda película, La Teta Asustada, trataría temas similares sobre la violencia contra las mujeres y los derechos de los indígenas de una forma mucho más compleja, pero su ópera prima sigue planteando las grandes preguntas pero ofreciendo respuestas bastante simplistas. Su educación de clase media alta en Lima se hace muy evidente en sus retratos de un pueblo andino.

Por otra parte, su visión moderna y feminista de un cuento al estilo de Cenicienta hace que la película resulte fascinante. El personaje principal, Madeinusa, sirve para examinar a las mujeres inocentes como objetos de deseo doméstico. Madeinusa es una joven obediente y arreglada, especialmente si la comparamos con su hermana, que es desarreglada, llena de piojos y perezosa. Más tarde nos damos cuenta de que la razón de esta diferencia se debe probablemente a que la hermana de Madeinusa no tiene que conseguir el cariño de su padre. Aunque aún no ha consumado la relación, él ha puesto sus ojos en Madeinusa, y desea tomar su virginidad durante sus celebraciones de Semana Santa, ya que cualquier cosa que hagan durante ese tiempo no es pecado. Mucha gente del pueblo lo sabe y lo comenta, diciendo que él siempre ha querido ser el primero para ella. En la sociedad occidental, donde la mayoría de las mujeres son valoradas por su capacidad para complacer y permanecer jóvenes e indisponibles, este argumento siniestro apenas se aleja de la realidad.

Incluso para el resto del pueblo, Madeinusa cumple obedientemente su papel y participa en las festividades como una de las Vírgenes. La llevan por todo el pueblo con un disfraz elaborado y se sienta allí como una escultura viviente sin pensamientos ni opiniones. Pero Madeinusa no es lo que parece. Detrás de sus rutinas domésticas se esconden sus deseos más oscuros que, si recordamos, siempre estuvieron ahí, justo debajo de la superficie. Una de las primeras tareas que la vemos realizar es esparcir veneno de ratas por el exterior de la casa. Luego vemos ratas muertas en el campo. Lo doméstico puede ser peligroso en las manos adecuadas y al final de la película llega a ser incluso letal. Tras ser violada por su padre como venganza por no haberle dado su virginidad, le prepara la comida, como de costumbre. Sólo que esta vez añade veneno de ratas a la sopa.

Los dos hombres que son vistos como figuras salvadoras en la película son desechados por Madeinusa. Su padre quien pretende darle todos los lujos del pueblo y el papel de la Virgen en la fiesta, es asesinado, y el gringo Salvador, que llega inesperadamente al pueblo, es inculpado por ella y su hermana de su asesinato. Aunque antes le había dado a Salvador su virginidad y la atención que necesitaba, ya no lo necesita. Salvador puede parecer más benigno que su padre, pero como alguien que viene a inspeccionar la tierra para la empresa internacional Siemens, es, de hecho, igual de explotador. Ella engañó a ambos con su apariencia servil y resultó ser mucho más fuerte y siniestra de lo que podían imaginar.

Es en este aspecto de la película donde Llosa brilla más, pero las ideas de Madeinusa sobre la huida y el significado de la libertad no son nada revolucionarias. Decide marcharse inmediatamente a Lima, donde vive su madre. La película termina con cierta esperanza, sabiendo que su llegada a Lima significará el fin de las horribles ceremonias paganas y del incesto. Pero, ¿por qué Lima es sinónimo de salvación? ¿Será porque allí viven blancos civilizados que doman a los ignorantes nativos? ¿Y por qué Madeinusa es la única digna de ser salvada? Como parábola feminista, la película es poco solidaria. La hermana de Madeinusa no será salvada a pesar de ser también una víctima. No sabemos si su hermana sufrió abusos sexuales por parte de su padre, pero sí sabemos que desarrolló su sentido del valor basándose en la atracción que su padre sentía por ella. ¿Por qué no puede ser liberada en Lima?

Nadie más en el pueblo merece esta salvación y la mayoría de ellos alimentan el fuego de la ignorancia peligrosa. El pueblo llamado Manayaycuna, que significa “El pueblo en el que nadie puede entrar” en quechua, rivaliza con el pueblo de The Wicker Man con respecto a la moralidad retrógrada. A cada paso, los aldeanos crean una mentalidad de mafia destructiva que permite y acoge con satisfacción la violencia y el incesto. No sólo eso, sino que son increíblemente tontos. Cuando Salvador llega al pueblo, lo encierran en un establo con una cerradura muy débil y esperan que lo retenga. La única gracia de Llosa en esta descripción es su implicación en la colonización. Los pecados de este pueblo están motivados por sus fiestas de Semana Santa. Aunque parezcan muy diferentes, es una bastardización clara del cristianismo. Cuando la cultura se introduce por medios violentos, es imposible que se hereden aspectos benévolos. La violencia simplemente engendra más violencia. Desde que sufrieron horrores a manos de los inmigrantes blancos, el pueblo se aísla del mundo moderno y de cualquier progreso que haya realizado, creando así aún más daño. Es el círculo vicioso de la colonización.

Sin embargo, este comentario queda eclipsado por el constante flujo de estereotipos sobre los nativos “ignorantes”. Está claro que la siguiente película de Llosa, La Teta Asustada, ofrece imágenes y preguntas más complicadas. Critica hábilmente tanto a la sociedad indígena como a la blanca de Perú en el contexto de la muy reciente Guerra Civil y el trauma generacional causado por ella. Madeinusa muestra rasgos de genio, pero le falta una verdadera comprensión de la vida indígena y muestra una ingenuidad inapropiada para este tipo de comentario social.