Esta es la versión traducida de mi entrevista con Pablo Olmos Arrayales. Para ver el original, cliquea aquí.
Muchas cosas pueden salir mal en una primera cita. Puede que lleguen tarde, que te hagan pagar por la cena o que mientan sobre su apariencia en su perfil. Pero en Rendez-vous, el director Pablo Olmos Arrayales muestra a los espectadores lo que ocurre cuando dos personas se conocen por Internet y se dan cuenta de que ninguna de las dos son quienes pretenden ser. Este thriller en blanco y negro rodado en una sola toma sigue a Eduardo y Lili, dos solteros que mienten sobre algo más grande que una simple mentira piadosa en un perfil. Lo que empieza como una comedia romántica encantadora pronto se convierte en algo más espeluznante y complicado de lo que podíamos imaginar. No sólo da giros y vueltas que dejan al público pegado a su asiento, sino que da sentido a su violencia al cuestionar la sociedad que no sólo hace que esto sea posible, sino inevitable. Rendez-vous ha ganado varios premios en festivales como el Shockfest Film Festival de los Estados Unidos, el Feratum Film Festival de México y el Latinità Festival du Cinéma Espagnol et Latino-Américain de Francia. Tuve la suerte de sentarme con el director, Pablo Olmos Arrayales, y hablar sobre su película, el cine de terror y la industria cinematográfica latinoamericana. Puedes leer nuestra conversación traducida debajo y, si quieres ver su asombrosa ópera prima, puedes verla en HBOMax aquí!
Has hecho una película maravillosa y hay algunas decisiones técnicas que son realmente interesantes. La rodaste en una sola toma y en blanco y negro. Las películas de una sola toma pueden ser más baratas y una atracción para que el público vea una maravilla técnica. ¿Qué puede añadir la toma única a la narrativa y la estructura de una película, especialmente a un thriller? ¿Y por qué fue la mejor elección para esta película? La misma pregunta para el uso del blanco y negro.
Bueno, teníamos un presupuesto muy pequeño. Sólo teníamos dinero para rodarla en un día y, al pensar en ello, intenté desarrollar una idea para una película en la que serías una mosca en la pared. Creo que lo que esta técnica añade al thriller es que lo estás viendo todo en tiempo real. Así que el público está viviendo lo que los personajes están viviendo al mismo tiempo y en el momento. Hace unos años vi una película alemana llamada Victoria, un thriller rodado en una sola toma, que me dio el coraje para hacerlo así porque sabía que podía funcionar. Y respecto al blanco y negro, lo hice más como homenaje. Se basa en thrillers clásicos como Psycho o Suspicion, de Hitchcock, o Clouzot y Otto Preminger. La mayoría de los cineastas recientes que admiro tienen una película en blanco y negro en su filmografía. Además, en la narrativa simbólica, se pueden ver los dos extremos del espectro, lo malo y lo bueno. Por ejemplo, en la primera mitad de la película, se ven más grises. Pero a medida que la película se convierte en un thriller, los negros se vuelven más negros y los blancos más blancos.

¿Pudieron ensayar mucho antes y se filmó de una sola vez todo el proceso?
Al principio era muy ingenuo. Teníamos un presupuesto similar al de un cortometraje y decidimos rodar un largometraje. Pensamos en rodarlo en un día con cinco días de ensayo y ya está. Una vez que empezamos con la puesta en escena y a diagramar, nos dimos cuenta de que no había manera de ensayar en sólo cinco días, porque el director de fotografía tiene que memorizarlo todo y los actores también, así que extendimos los cinco días a tres semanas de ensayo. Los dos o tres primeros días repasamos la psicología de los personajes, etcétera, etcétera y a partir de ahí ensayamos durante 6-7 horas cada día y añadimos varios walkie-talkies y monitores más para que nuestro equipo de maquillaje y guardarropa pudieran estar escondidos. Cuando empecé a trabajar con los actores, tuvimos que elaborar justificaciones psicológicas y relacionarlas con las acciones físicas. Como había una sola toma, tenía que convencer a los actores de que todo saldría bien en la gran pantalla. No había mucho espacio para la improvisación, pero yo estaba preparado para que ocurriera algo.
Les puse el ejemplo de On the Waterfront, de Elia Kazan,hay una escena en la que Marlon Brando toma el guante de Eva Marie Saint y juega con él. Es una escena realmente hermosa y Kazan no gritó que la cortaran a pesar de que no estaba en el guión. Y otro ejemplo fue una escena en Midnight Cowboy con Dustin Hoffman en la que está cruzando la calle y un taxi casi le golpea y él golpea el coche y dice “Estoy caminando aquí” que tampoco estaba en el guión. Así que les dije que cuando filmamos la película, algo iba a pasar porque siempre pasa algo. Hay que llevarlo a la escena y luego mantener lo que hemos planeado. Es como un partido de fútbol o de básquet. Si no estás concentrado, no es que pierdas tú el partido, lo pierde el equipo.
Has dicho antes que en México y en América Latina en general, todavía se puede hacer cine por el amor y el deseo de la gente que lo hace. ¿Puedes explicar esta idea?
Creo que en la cultura latinoamericana amamos el cine de muchas maneras. Lo amamos, lo consumimos, lo vemos, lo compramos, y cuando entras en la industria, lo que más quieres hacer es cine. Pero como no pagan tanto, la mayoría trabajamos en otro medio, quizá en comerciales o series. Así que cuando alguien te invita a hacer una película, ese es el sueño y lo dan todo. Si les gusta el proyecto y saben que lo estás dando todo por ello, también te lo van a dar todo. Muchos de los miembros del equipo han participado en grandes producciones, porque necesitábamos ese tipo de experiencia para una película así, y eso surgió porque éramos amigos o ellos eran amigos de otro miembro del equipo.

Estudiaste en España y viviste allí por muchos años. ¿Por qué era importante volver a México para hacer tu primer largometraje y, más concretamente, por qué el barrio de Coyoacán?
Sí. Intenté mucho hacer una película en España durante muchos años, pero nunca pude. Así que una vez que regresé a México, llegué con un guión que creo que era muy bueno, pero nadie quería producirlo. Empecé a perder la fe en rodar mi primera película, pero en el verano de 2016, la gente de El Rey Network de Robert Rodríguez me llamó y me dijo que Robert había visto dos de mis cortometrajes y que le habían gustado mucho y que quería emitirlos en El Rey Network. Así que eso me dio ganas de rodar una película. Rodamos otro cortometraje que recorrió el circuito de festivales y fue entonces cuando les dije a mis amigos, es ahora o nunca. Quería situarla en un barrio que es muy cercano a mí y que fue muy importante para México en los años cuarenta. Coyoacán era un barrio muy cultural y voy todos los fines de semana. Y aquí en México, las películas comerciales siempre se ruedan en dos lugares de alto nivel, como Polanco y Roma. Quieren hacerte sentir como si fuéramos de Nueva York o de Europa y yo no me reconozco en eso. Así que quería rodarla en un lugar reconocible para los mexicanos. También hay una película de Luis Buñuel llamada Ensayo de un Crimen que se rodó allí. Emilio “El Indio” Fernández y Dolores del Río vivieron allí. Así que para mí era importante rodarla allí.
Hay una frase en tu película que me llamó mucho la atención. En México, las historias no acaban bien. Creo que es un pesimismo que la mayoría de los latinoamericanos comparten. ¿Compartes este punto de vista y, si es así, cómo ha afectado a tu estilo narrativo?
Es muy gracioso porque en la nueva película de Alejandro González Iñárritu, Bardo, hay una parte en la que dice yo soy mexicano, puedo criticar a mi país, pero nadie que sea de otro país puede hacerlo. Conozco lo mejor y lo peor de mi país. Amo a mi país, pero sé que existen estas dos facetas. Es donde vivimos, siempre se oyen historias tristes. De hecho, me secuestraron en 1998 o 1997 en un secuestro exprés en el que te llevan durante unas horas. Pero no es que abras la puerta y te vayan a secuestrar. A la mayoría de los extranjeros que viven aquí les encanta y piensan que es muy seguro. Algo que me sorprendió mucho fue cómo resonó con la gente en Europa, ya que yo pensaba que era una película local. Y de hecho, esa misma frase es de otra película que me encanta, The Devil’s Own, con Harrison Ford y Brad Pitt, y Pitt dice que es una historia irlandesa y que las historias irlandesas nunca acaban bien. Eso siempre se me quedó grabado, así que lo traduje a México.
Hay muchos momentos en la película en los que se hace referencia a los problemas sociales de México, pero no se destacan. Me recordó al caos de fondo de Y Tu Mamá También de Cuarón. ¿Fue una decisión consciente mantener estas ideas en segundo plano en lugar de en primer plano?
Absolutamente, me alegro de que los hayas descubierto. Hay tres facetas diferentes en la película. La primera es simplemente un thriller divertido y entretenido. La segunda es la violencia contra las mujeres en México en particular. Y la tercera explora la violencia en general, independiente del género. Vivimos en un lugar muy peligroso y quería reflejarlo. Pero no quería hacer un drama o una crítica muy dura porque así es como vivimos. Un minuto estamos hablando de la violencia contra las mujeres y al siguiente de un partido reciente. Quiero que el público tenga algo para hablar después de haber visto la película y que vea las cosas de otra manera en su segundo pase.

Últimamente hemos visto muchas películas de terror y thrillers que tratan la dinámica de género y la violencia, como Barbarian o incluso Gone Girl. ¿Por qué es tan útil este género para contar estas historias?
Uno de mis objetivos era escribir un personaje realmente interesante para una mujer, así que nunca quise que la mujer fuera la víctima. Si no haces de la mujer una víctima, tienes un personaje campeona. Si la mujer no sobrevive, no me gusta la película porque es lo obvio. Es lo que se lee en los periódicos. Creo que es por eso que mi película funciona, pero no he pensado en ello tan profundamente. Cuando las mujeres sobreviven, como en Halloween con Jamie Lee Curtis, quieres hacer volver a ese personaje porque es realmente fuerte y eso va en contra de las ideas establecidas de cómo son las mujeres.
Hay muchos comportamientos idénticos entre estos dos personajes que muestran los horrores de las citas ordinarias, es decir, mentir en tu perfil u horrores reales como mentir sobre quién eres realmente. ¿Qué crees que dice la película sobre el mundo moderno de las citas?
Bueno, me da mucho miedo salir con alguien que conocí por Internet porque soy de otra generación y nunca he intentado hacerlo. Así que aumenté mi miedo e imaginé lo peor que podría pasar. Desde el punto de vista de Eduardo, mi hermano sufrió un asalto realmente grave allá por 1999 o 1998. Intentaron robarle y casi lo matan. Afortunadamente, logró escapar. Pero aquello me llenó toda el alma de rabia, ¿sabes? Pensé muy seriamente en vengarme, pero no soy un asesino, así que llevé esa rabia a Eduardo. ¿Qué pasa cuando cruzas esa línea? Va a terminar mal porque no eres una mala persona. Nunca has secuestrado a nadie y eres torpe. Hay un dicho en español: antes de seguir con un viaje de venganza, cava dos tumbas, una para la gente de la cual te vas a vengar y otro para ti. Así que no era tan consciente de criticar a la gente por conocerse por Internet, sino de pensar qué pasaría si saliera con alguien que conocí por Internet.
Creo que, sobre todo cuando entras en una película de terror, buscas a alguien a quien juzgar como villano y víctima. Y creo que cuando ves esta película, es difícil averiguarlo.
Esa era la idea. Ahora apoyo a Lili, ahora a Eduardo, ahora no apoyo a nadie. Traje esa idea de Suspicion de Hitchcock. Nunca sabes si Cary Grant es inocente o no. Así que intenté jugar al mismo juego.
¿Cómo ves el futuro del género de terror en México?
Siempre hay una o dos películas cada año, pero la gente está empezando a fijarse más en el género de terror. Pero es difícil porque la mayoría de los cineastas que hacen terror aquí en México y en Latinoamérica son independientes, así que es muy difícil que se estrene en cines o en streaming. Lo que más me gusta es que todos los directores, actores, escritores y productores son fanboys o fangirls del cine y somos como una hermandad, así que siempre estamos tratando de apoyarnos unos a otros. Pero sigue siendo difícil porque aquí en México en particular, están buscando la misma película de posesión. Quieren hacer The Conjuring pero a la mexicana, pero hay otro tipo de horror y no quieren arriesgar su dinero y lo entiendo. Pero estamos viendo que las que están en la vanguardia del cine de terror en Latinoamérica son las mujeres con películas como Huesera de Michelle Garza Cervera y Vuelven de Issa López. Están haciendo películas muy buenas sobre cosas de las que un hombre nunca va a escribir, como el embarazo o la pérdida de un hijo. Tienen una sensibilidad muy diferente, así que estamos deseando ver más películas de mujeres aquí en Latinoamérica.

¿Qué directores mexicanos o latinoamericanos te han inspirado?
Veo muchos géneros. Los directores mexicanos que más me han influenciado no son de un solo género. Me gusta mucho El Indio Fernández, obviamente los Tres Amigos, y Jaime Humberto Hermosillo. Hay un director de los años setenta que se llama Felipe Cazals y que hacía estas películas sociales sobre las cárceles o sobre los estudiantes masacrados y que para mí son como películas de terror. Le admiro mucho. Luis Buñuel me ha influenciado mucho. No es mexicano, pero hizo la mayoría de sus películas aquí. No tengo la misma historia que todos los cineastas, que cuando tenía ocho años me regalaron un 8mm, pero en mi casa mis padres veían todo tipo de películas. Me sentaba con mi madre a ver comedias, películas de la revolución o dramas. Veía de todo, desde David Lynch a Polanski, pasando por Disney. Además, como viví 13 años en España, consumo mucho cine español. Hubieron dos películas realmente buenas que me demostraron que se pueden hacer thrillers realmente buenos en mi propio idioma. Fueron Tesis, de Alejandro Amenábar, y El Día de La Bestia, de Álex de la Iglesia. Me sentí como si estuviera viendo una película de Hitchcock rodada en mi idioma.
¿Estás trabajando en algo ahora?
Sí, por supuesto. Tengo un guión, otro thriller. Esta no va a ser de una sola toma, pero será otro reto. Quiero rodar la película con un solo personaje en una sola localización. Estamos esperando que un productor nos diga si podemos mostrar la película a una empresa de streaming y ver si podemos rodar este año o el que viene. Pero es el mismo caso que con Rendez-vous. Si nos dicen que no, la rodaremos nosotros.
Puedes seguir a Pablo Olmos Arrayales en Instagram @olmosarrayalespablo o a su compañía productora @axolotl_entertainment!
One response to “Una Entrevista con el Director de Rendez-Vous, Pablo Olmos Arrayales”
[…] This is the original version of my interview with Pablo Olmos Arrayales. For the translated version, click here! […]
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