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Sinopsis
Cartas Del Parque (1989) cuenta la historia de dos jóvenes amantes, Juan y María, quienes se enamoran en una celebración del pueblo. Sin saberlo, ambos contratan al poeta del pueblo para que escriba sus cartas de amor. Sin embargo, a medida que avanza su noviazgo, el escritor descubre que está enamorado de María.
El gran director boliviano Jorge Sanjinés escribió: “El gran error de las películas que se han hecho basadas en las obras de García Márquez es que han intentado transcribir sus novelas a un formato cinematográfico y no han funcionado bien. El cine tiene su propio universo que debe generar sus propias historias… García Márquez ha escrito guiones para películas basadas en sus novelas. Lo mejor que se ha hecho en el cine a partir de su obra han sido precisamente aquellas películas que se basan en su guión.” Gabriel García Márquez está considerado el mejor novelista de América Latina, pero su trabajo como guionista para Cartas del Parque, una colaboración con su amigo y director prestigioso Tomás Gutiérrez Alea, resultó ser la adaptación cinematográfica más exitosa de su obra, infamemente difícil de adaptar. Aunque la colaboración nació en los años ochenta, la historia se desarrolla más de cincuenta años atrás, con los propios padres de García Márquez. Su noviazgo es la base de nuestra historia.
Según cuenta García Márquez, sus padres se conocieron en el funeral de un niño y su padre empezó a cortejar a su madre a partir de ese momento. Le regaló una rosa con las palabras “Le entrego mi vida en esta rosa”. También le escribió una carta en la que le confesaba su amor: “Ya no tiene que decirme que sí, porque su corazón me lo está diciendo”. El único problema era que la familia de su mamá lo desaprobaba por su baja posición como telegrafista, así que la llevaron de viaje lejos de él. Pero los dos amantes mantuvieron el contacto y se las arreglaron para comunicarse a través de tarjetas dejadas en regalos, mensajes telegráficos encriptados y lenguaje de señas. Sus padres finalmente se resignaron, Gabriel nació, y la historia de sus padres se convirtió en una especie de folclore mitológico familiar.

A partir de ahí, García Márquez la adaptó en una de sus novelas más exitosas, El Amor en los Tiempos del Cólera, pero con muchos detalles diferentes. Cambió la ciudad, así como la profesión del padre, por la de escritor profesional de cartas, y prolongó el periodo de separación entre los amantes a cincuenta años. Escrita de forma no cronológica, García Márquez elabora una historia de la batalla entre la seducción y la sensibilidad. Como ocurrió con la transición de García Márquez de la historia real a la novela, la película introduce muchos cambios en su fuente. En la película, vemos una historia mucho menos complicada, con la ausencia del cólera y de la mayoría de los personajes de la novela. La trama de la película también es cronológica y se limita a un año, esta vez no en Cartagena, Colombia, sino en Matanzas, Cuba. Cambiar tanto de una novela que muchos consideran perfecta podría parecer un desprecio desleal, pero es un paso necesario.
Esta distancia entre la historia real, la novela y la película es tremenda y provoca un romance distinto a la mayoría de los demás. No se trata de una historia de amor sino sobre el amor en las películas, los libros y nuestras mentes. Tanto la película como la novela invocan el carácter escapista del amor que nos aleja de la realidad y nos lleva a un mundo idealizado. El escritor de cartas de la película, Pedro, incluso crea un nuevo lenguaje para este mundo de amor. Enseña a María el lenguaje de los pañuelos y a Juan el de las flores, demostrando que los árabes podían hacer declaraciones de amor enteras al describir flores.
Este mundo de amor romántico y arrollador, el que devoramos en novelas y películas, se basa en la inalcanzabilidad de la persona amada. En otras palabras, el amor se alimenta de la ausencia. En el momento en que nos damos cuenta de que Pedro está irrevocablemente enamorado de María, se encuentra detrás de su puerta mientras ella lo llama, incapaz de moverse por un momento debido a los nervios. Esa mujer a la que ha estado unido durante toda la película aparece de repente lejana pero cautivadora. Es muy diferente al amor real que comparte con una prostituta local. Su amor por María es más etéreo. Tanto él como la prostituta se dan cuenta de que su amor, aunque real, es mejor cuando se abandona abruptamente. La noche en que recibe una proposición de matrimonio de un capitán mercante, ve su futuro posible como la mujer más veterana del burdel y se da cuenta de que eso significa la muerte de la promesa y la esperanza. Se casa con el capitán y Pedro no se presenta a la recepción, dejando en su lugar un ramo de flores para ella. En la ficción, siempre es mejor dejar que un amor se consuma a que se marchite.

Pedro vive entre el pasado y el presente, congelado en el tiempo. Esta sensación queda clara en todo lo que hace. Cuando decide escribir cartas a María de parte del punto de vista de Juan cuando ya ha abandonado Matanzas, utiliza su vieja y polvorienta colección de sellos y postales. Al igual que el trabajo del amor romántico se predica de la ausencia, el trabajo del escritor se predica de este aislamiento. Una noche se lamenta de que los escritores y las putas viven de lo que los enamorados están dispuestos a pagar. Aunque Pedro se convierte en algo más que un traductor poético para María, no puede acercarse a ella. Es su deber como personaje de este romance y como escritor. En el momento en que María descubre toda la verdad, Pedro hace las valijas, seguro de que ella se enojará ante su traición bien intencionada. Ella lo atrapa justo a tiempo y, mientras se acercan, el sonido de Juan, su primer amor, sobrevolando la ciudad se oye pero no se ve. Se inclinan para besarse y la película termina justo antes de que sus labios se toquen. El amor no cumplido es mucho más romántico.
Aunque los padres de García Márquez se casaron bastante pronto, la verdad es algo que es mejor difuminar en la ficción. Nuestro escritor, Pedro, lo dice cuando Juan le comenta que las cartas han sido toda una farsa. Él responde que en ellas no había ninguna mentira y Juan replica que tampoco eran verdad. En este punto intermedio nace el romance poético. La verdad mata el romance. El artículo del periódico que revela el lugar real donde se encuentra Juan, en lugar de los sitios inventados de las postales de Pedro, no inspira nada en María. Puedes encontrar la verdad en un periódico, pero ninguna poesía.
La propia estructura narrativa de la película se mueve entre la verdad y la mentira. En la primera escena, Juan y María parecen enamorarse a primera vista en la histórica despedida de un globo aerostático. Sólo más tarde vemos que ésta no era su historia de amor. María se enamoraría de Pedro y Juan de volar. Puede que incluso entonces, su amor a primera vista no fuera ella, sino el vuelo. Cuando por fin se conocen, sus citas son incómodas y llenas de silencios que sólo terminan cuando Juan empieza a hablar de su amor por el vuelo. Cuando lleva a María al cine, deja de besarla y abrazarla cuando aparece el noticiario sobre aviones. Luego, René Simón, el famoso aviador de la ciudad, le dice que nunca debe dejar que algo le impida alcanzar lo que desea. En ese momento, decide dejar a María. Cuando volvemos a ver la historia, parece tan claro que esto siempre iba a ocurrir.

El amor de María también es una decepción que ella aún no comprende. Su amor por Juan sólo surge al leer las cartas que él no escribió. Su pasión es por las palabras, mientras que la de Juan es por las imágenes. El amor de él por volar es inmediato, mientras que el de ella por Pedro es más gradual. La línea entre verdades y mentiras es necesaria en una adaptación, no sólo de un libro, sino de una historia real. Cartas del Parque es engañosamente sencilla. No es sólo un cuento de deseo al estilo de Cyrano. Nos pide que nos cuestionemos la esencia del amor romántico como lo imaginamos. ¿Cómo se convierte en mitología la verdadera historia de amor de nuestros padres? ¿Cómo puede ser que la poesía sea el fruto del amor para unos y no para otros? Puede que no haya respuesta a estas preguntas. Para García Márquez y Gutiérrez Alea, los hechos y los sentimientos de un momento se enredan en el tiempo y lo que se recuerda puede que no sea correcto, pero tampoco es mentira.
One response to “Cartas Del Parque: Adaptando a Gabriel García Márquez”
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